En los últimos meses (o último año), todo el mundo habla de la Inteligencia Artificial (IA). Hay titulares que insisten en que la IA nos va a quitar el trabajo, que no está lo suficientemente madura o que las empresas no ven retorno de inversión (ROI). Pero, ¿sabes qué? Me parece que cuando hablamos así, detrás de esos grandes titulares, olvidamos lo que realmente importa: el para qué de la IA. Porque es justamente en los casos concretos, reales, donde la IA puede brillar.

Un ejemplo práctico: IA + Tobii + pictogramas

Para mostrar lo que digo, he creado un prototipo accesible basado en Comunicación Aumentativa y Alternativa (AAC). En el vídeo lo verás funcionando de verdad — nada de teoría: se ve y se siente.

Aquí va lo que hace:

  • Miras un pictograma en pantalla.

  • Tras unos segundos (dwell time), el sistema lo selecciona.

  • Con tres pictogramas elegidos, la IA genera una frase coherente.

  • Esa frase se convierte en voz, para comunicar.

El cursor verde sigue tu mirada, lo que hace que usarlo sea mucho más natural, especialmente para alguien con movilidad reducida. En segundos alguien que no puede hablar puede decir “tengo dolor”, “agua, por favor”, “necesito ayuda”. Solo con la mirada.

El código está disponible en GitHub: Ir a GitHub

Tecnologías que lo hacen posible

  • Vanilla JS — para que todo sea lo más sencillo posible, sin complicar.

  • Tobii Eye Tracker — para seguir la mirada.

  • OpenAI — para generar frases naturales, fluidas.

  • Pictogramas claros, intuitivos, sin jerga técnica: cosas que uno reconocerá al instante.

IA con un propósito real

Aquí no se trata de ver si la IA es “la mejor” o de discutir si “va a reemplazar personas”. Se trata de dar voz a quien no la tiene, de facilitar algo tan fundamental como comunicarse. Ese “para qué” le da sentido.

Cuando defines un propósito claro —por ejemplo, mejorar la accesibilidad para todos—, la IA deja de ser algo de moda y se convierte en algo útil, palpable, que realmente marca diferencia.

Próximos pasos

  • Añadir más pictogramas: más opciones, más matices.

  • Tener soporte multilenguaje: ya funciona en Español/Inglés, pero puede crecer.

  • Llevarlo a dispositivos móviles o tablets.

  • Explorar domótica: que con tu mirada puedas encender una luz, pedir ayuda, lo que se te ocurra.

Las posibilidades son infinitas.

Conclusión

La IA con propósito es la que trasciende los titulares y se convierte en aliada de la creatividad, la inclusión y la eficiencia. En proyectos como este, la pregunta correcta no es “¿qué puede hacer la IA?”, sino “¿qué quiero lograr con ella?”

Cuando respondemos con honestidad y concreción, la IA deja de ser una promesa vaga para convertirse en un recurso indispensable con el poder de mejorar la vida de las personas.

Perspectivas que animan

Miro este prototipo, lo veo funcionando, y siento que lo mejor de la tecnología sucede cuando realmente sirve para algo que toca el corazón, que mejora vidas. No solo eficiencia, ni solo innovación técnica: sino conexión, dignidad, posibilidad.

Os lo comparto para que lo copies, lo adaptes, lo personalices para una necesidad específica, otro idioma, otra cultura, otra persona. Porque la IA nos permite:

  • Empoderamiento personal: que puedas decir lo que sientes, lo que necesitas, aunque no puedas hablar. Esa independencia no tiene precio.

  • Inclusión real: no sirve solo con inventar la herramienta, sino con que la escuela, la familia, los hospitales sepan que existe, la usen, le den un lugar.

  • Beneficio para todos: también para quienes creamos, quienes cuidamos, quienes enseñamos. Una tecnología con propósito puede bajar costes, reducir barreras, hacer que comunicarse sea más rápido, más claro, más humano.

  • Innovación con alma: cuando ves algo que funciona y puedes decir “esto sirve”, sientes una energía distinta. Ya no es “¿esto para qué?”, sino “esto ayuda, esto conecta, esto importa”.

Si la IA se orienta hacia ese fin —dar voz, inclusión, autonomía— entonces cada línea de código, cada modelo entrenado, cada pictograma añadido, tiene sentido. Y ese sentido no es solo tecnológico: es profundamente humano.

Si tú también te preguntas “¿para qué quiero esto?”, mi invitación es que pienses en lo que quieres lograr de verdad. Porque si la respuesta la haces tuya, la IA deja de ser solo un debate en redes… y se vuelve algo vivo, real, lleno de propósito.